Mi nombre es Mónica Arias Román, y no fui planeada. Única e irrepetible, de padres divorciados y de un hogar poco tradicional. No respiro bien bajo tensión, tengo los brazos extrañamente largos, soy huesuda y mi cabello nunca crecerá por debajo de mis hombros. Mi nariz me la torcí por no hacer caso a dejar de estrujármela como loca. La menstruación aumenta mis hormonas y acelera mi ritmo ya acelerado de nacimiento. Me dan asco las cosas mojadas, y le tengo pavor a todas las agujas. Aún me ponen curitas de Snoopy porque lloro cada vez que me sacan sangre; soy llorona de profesión y sarcástica por selección natural. Desde pequeña me cantaban “salías del templo un día, llorona…” y con mucha razón, mi sensibilidad no tiene comparación. Lloro en películas de drama, acción, comedia y sobretodo de muñequitos. Estoy en contra de ver series/películas/lo que sea online, pero soy fiel a la piratería. No hay nada más grotesco que un granito de arroz en la mesa… mójenlo y me verán desmayar. Aprendí a hablar desde muy pequeña y desde entonces no he cesado, sin embargo aprendí a callar lo que llevo más adentro. Lo que más me atrae hacia alguien no es su aspecto, sino su olor. Nada me gusta más que el olor a chico limpio o el perfume de hombre. La “supercucarachafobia” fue una palabra que me vi obligada a inventar porque mi temor, digo, “respeto” hacia las cucarachas y demás insectos supera cualquier término ya existente. Me emocionan los regalos baratos, y nunca me han impresionado los objetos caros. Vivo de la contradicción y me doy soporte con los muñecos animados. Me aterra la palabra NO y llamar por telefóno a cualquier lado. Marimachito de corazón: amo los videojuegos y un buen partido de fútbol. No soy competitiva mas me gusta ganar. Cuento en mi cabeza los objetos que se repiten a ver si son un número par, y de no serlo, siento un serio desbalance físico. No soy la más organizada pero todo a mi vista debe encajar. No distingo entre derecha e izquierda sin antes pensarlo unos segundos. Detesto la superficialidad pero amo el buen gusto. Prefiero ser líder y que las cosas se hagan a mi manera, aunque por no herir a alguien a veces los dejo guiar. Como maniática de la gramática procuro no dejar fuera ningún acento ni signo de puntuación, y si te equivocas, créeme que no podré evitar corregirte. Considero que los que aún no conocen la diferencia entre hay, ay y ahí merecen ser lapidados, para luego ser sentados a escuchar el CD completo de Aventura en sonido surround hasta la muerte segura. Dios nos libre de otro CD de Aventura. Ávida y sedienta extrema de la verdad, y curiosa por cosas nuevas. Soy poco constante con las actividades. El único hobby constante en mi vida es la fotografía y el diseño, e incluso eso por momentos me aburre. Los engaños y las mentiras las veo innecesarias, por eso suelo ser en exceso sincera, sin buscar irrespetar a los demás. Yo te ofrezco todo mi respeto, pero en el momento que me lo faltes, me diste luz verde para pensar menos de ti. Cuando fui a tratarme mi gastritis el doctor me miró de arriba abajo y preguntó si me trataría por anorexia. Soy una half-elf Rogue Lvl. 2-Sorcerer Lvl. 2; sí, juego y amo Dungeons&Dragons, pero no tanto como al PS3, mi PSP Slim y las Final Fantasy.